Habitaciones no sexistas

Cuando pensamos el cuarto para nuestrx bebé lo primero que aparece es habitación rosa, lila o colores pastel si es nena y colores en la gama de los azules si es varón. A medida que va creciendo vamos comprando juguetes y armando ese espacio del mismo modo que lo concebimos de manera binaria. Pero así como existen varias teorías que defienden que el azul era el color femenino por excelencia y que el rosa estaba reservado a los hombres*; lo que condiciona con que juega un nene o una nena es la cultura en la que vive y el estrato social al que pertenece. 

Mientras que en las clases sociales bajas se juega con lo que hay, y muchas veces no son juguetes sino elementos cotidianos transformados según la imaginación de quien esté inventando su juego. Quienes compran juguetes lo hacen según lo que el mercado ofrece. Por lo tanto no se nos ocurre comprar una cocinita para un nene o una caja de herramientas para una nena. Los bebotes son para las nenas porque se supone poseen el instinto maternal, pero no pensamos que brindarle la posibilidad a un varón de jugar con una muñeca le permite conectarse con eso mismo que ve que su madre y su padre hacen con él. 
Cuando tu hijo juega con un bebe, está aprendiendo a ser compasivo, educador y amoroso. El aprendizaje de estas características desde una edad temprana prepara el escenario para que tu hijo crezca rompiendo el vínculo entre la masculinidad y la violencia. Por otro lado ofrecerle diversidad de juguetes a las niñas saliendo del estereotipo que presenta una amplia oferta para las funciones maternales y las tareas de la casa, fomentan su creatividad, inteligencia y habilidad espacial.

Pero repito, nada de esto es nuevo, si nos ponemos a observar esto era lo que proponía Lego en sus inicios, sin distinción de cajas específicas para niñas y para niños. 















Como dije al principio la diferenciación binaria responde a un mandato cultural, si rompemos con estos esquemas y pensamos en armar la habitación sin pensar en colores según el sexo y juguetes variados para que sean lxs niñxs quienes elijan con que juegan en cada momento estaremos transformando esa forma de pensar en términos de sexo permitiéndoles elegir desde sus deseos. Y sobre todo permitirnos nosotrxs, adultos, la posibilidad de romper con esquemas que condicionan nuestros comportamientos.



* Durante el impresionismo los bebés vestían las niñas de azul pastel y los niños de rojo pastel, es decir, de rosa. Así, los hombres vistieron de rosa hasta que comenzaron los grandes conflictos bélicos. Con el trascurso de las guerras los soldados de la marina y del aire se cubrieron con uniformes azules, momento en el que el azul se convirtió en símbolo de valor, heroísmo y fuerza.

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